viernes, 6 de mayo de 2016

la historia e impacto de la alimentacion en México

Introducción

La historia culinaria mexicana es variada; lo mismo la encontramos en la

historia prehispánica, que en el mestizaje con otras culturas, así como

importando otras gastronomías o como producto de las innovaciones de otras

cocinas. La gastronomía encierra el espíritu de un pueblo, su esencia, su alma

y cuando aquélla se mezcla con otra, el mestizaje dejará sus frutos. Los

primeros comederos y un recuento por algunos, tan sólo algunos, de los

medios y sucedidos por los cuales haremos este periplo de historia mestizaje

culinario.

El objetivo del presente escrito es revisar a través de la historia de la

gastronomía mexicana,

Desde la época de la formación indígena, pasando por lo que encontraron los

conquistadores y

El subsecuente mestizaje culinario; se rastrea cuáles fueron los primeros

lugares de venta hasta

Descubrir el feudalismo gastronómico en las haciendas; así como las

festividades de los siglos

XIX y XX, que serán marco del reto de la gastronomía del siglo XXI.

LA COMIDA EN EL MEXICO INDEPENDIENTE

La comida mexicana fue el producto de un mestizaje entre los usos y alimentos

indígenas. Al consumarse la independencia, en 1821, llegaron extranjeros de

Europa y de los Estados Unidos, muchos de los cuales se establecieron en

nuestro país e introdujeron algunas de sus costumbres en la comida.

La dieta del mexicano de las clases populares siguió siendo básicamente la

misma que antes de la independencia.

Pero como sucede con la comida, las costumbres se mestizan y junto a esas

exquisiteces extranjeras importadas se hace gala de las mancerinas de plata

para el chocolate, las vajillas de Talavera y las cazuelas y los jarros.

FRANCIA : Los franceses se establecieron en varios puntos de nuestro

territorio y abrieron restaurantes donde se servían platillos franceses, quesos,

vinos, licores y postres. También crearon las pastelerías.

ESPAÑA : Durante la Colonia llegaron los españoles; se dedicaron al comercio

y abrieron, por ejemplo, los llamados cajones de ropa donde se vendía también

mantelería y encajes para el servicio de mesa. Instalaron molinos de nixtamal

para procesar el maíz utilizado en las tortillerías, así como los molinos de trigo

con cuya harina se preparaba el pan. De allí nos vienen los bolillos, las teleras

y numerosas variedades de pan dulce con el que solemos disfrutar nuestra

merienda.

INGLATERRA : De los ingleses, nos viene el té, nunca totalmente popularizado

en nuestro país, las carnes asadas a medio cocer, sangrantes y por lo tanto

poco duras, contrarias a las viandas suaves, acompañadas con salsas, que

tanto le gustan al mexicano.

ESTADOS UNIDOS : Desde la declaración de la Independencia empezaron a

visitarnos los norteamericanos y durante la invasión de 1847 se instalaron en

cantinas y bares a su estilo y seguramente se consumía whisky, destilado de

grano.

ALEMANIA : Los alemanes plantaron cafeteros en las zonas donde podía

producirse ese estimulante y los sembradíos de café aparecieron en los

estados de Chiapas, Tabasco y Veracruz. También la cerveza es alemana y

algunas formas clásicas de preparar el cerdo cuando se acompaña de esa

bebida.

CHINA : Los chinos emigraron a México desde San Francisco durante la

segunda mitad del siglo y los encontramos instalados en el norte con sus

lavanderías, sus restaurantes, cafés de chino, cuya principal bebida se sirve

para el desayuno en gruesos vasos de vidrio con leche hirviendo y café

destilado, acompañado de los famosos bisquets y pan "de chino".

La Revolución Mexicana, definitivamente cambió el rostro del país, siendo uno

de los acontecimientos histórico más relevantes de la historia nacional. Cien

años después de que se obtuviera la Independencia de España, la mayoría del

pueblo seguía en extrema pobreza y sus condiciones de vida eran sumamente

adversas. Además de ello, el ambiente rígido y represivo de Porfirio Díaz, que

si bien es cierto durante administración trajo en gran medida avances

tecnológicos y progresos de la modernidad a México, lamentablemente sólo

beneficiaban a una minoría de personas acomodadas; situaciones ante las

cuales el pueblo decidió levantarse en armas contra el gobierno del

"Porfiriato".

Con el llamado de Don Francisco I. Madero, el pueblo mexicano se lanzó a la

lucha armada el 20 de noviembre de 1910. Sus principales actores fueron

campesinos que reclamaban su derecho a la propiedad de las tierras, obreros

hambrientos de justicia social y personas de la clase media que perdían

libertad política, todos ellos eran dirigidos principalmente por caudillos

regionales sobresalientes pos su carisma. Entre quienes figuraban: Emiliano

Zapata, que operó en la zona sur del país, Pascual Orozco y Francisco Villa.

Fue así como inició el movimiento armado, con carácter esencialmente popular

y social, convirtiéndose en la primera gran revolución del siglo XX.

Pero los cambios sociales también repercuten en todos los ámbitos de la vida

cotidiana y frecuentemente en el arte gastronómico, en este caso la Revolución

Mexicana no sólo marcó un cambio político, económico y social sino que selló

una tendencia en el aspecto culinario y alimenticio para los mexicanos. Pues

durante la  guerra civil de diez años, en busca de una organización social más

justa,  hubo muchos grupos e ideologías en conflicto que finalmente dieron

inicio de un periodo en la vida cultural de México en el que se ensalzaron las

tradiciones del país y se comenzó a desarrollar un movimiento nacionalista;

que ostentaba con orgullo la herencia cultural de la Patria. De este movimiento

habrían de surgir los muralistas mexicanos y se comenzarían a rescatar las

costumbres indígenas. Asimismo, se dejó de lado la influencia francesa que

durante el Porfiriato había dominado el panorama gastronómico, dando realce

a la cocina mexicana.

El movimiento continuo de las tropas revolucionarias, los escases de alimentos

y la falta de ingredientes para las recetas  generaron grandes cambios en las

costumbres alimentarias de la población. En este proceso también, uno de los

elementos más importantes fueron las "Adelitas", fieles y heroicas mujeres que

acompañaban a la tropa en todo momento, por lo que al igual que ellos se

enfrentaban al enemigo, preparaban el alimento para todos los soldados y

trataban a los enfermos.

Hay quienes sostienen que Altagracia Martínez, una mujer perteneciente a la

clase alta en la Ciudad de México, simpatizante de la Revolución que se une a

la misma,  fue la primera figura femenina bautizada con el nombre de “Adelita”

por el General "Pancho Villa" y General Rodolfo Fierro. Pero, tras su asesinato,

por parte de Pascual Orozco,  el término se uso para referirse a toda mujer que

participó en la Revolución Mexicana de 1910.

Se cuenta que estas legendarias mujeres llevaban en ellas una colección de

especias y utensilios básicos para la labor culinaria; ollas, comales y hasta

metates eran parte de la carga, cuyo hogar era hoy un campamento militar,

mañana la cueva en alguna montaña y, después, algún rincón en un pueblo.

De sus cocinas improvisadas en cualquier territorio tomado por sus tropas,

salían los platillos que habrían de mantener a los solados de pie para la lucha.

Además de su don y responsabilidad culinaria,  eran despachadoras de trenes,

correos, espías, abastecedoras de armas, telegrafistas y propagandistas de las

ideas revolucionarias.

Un dato curioso dejado de lado por la historia oficial es que, en 1911, en medio

del polvo, los ferrocarriles y las balas, poco más de mil mujeres, lideradas por

la organización de Amigas del Pueblo, que apoyaban a Madero, firmaron un

documento dirigido al presidente interino Francisco León de la Barra para pedir

derecho al voto.

En cuanto a la comida, los platillos tradicionales como los tamales y las salsas

de distintos chiles fueron parte importante de la alimentación, pero también se

inventaron nuevos platos, como la célebre Discada, tan típica del norte

(Chihuahua, Coahuila, Durando y Nuevo León) que consiste en una

combinación de carne de res picada, tocino, jamón, chorizo, se le agrega

cebolla picada, chile jalapeño y tomate, que en aquellos años debió ser una

combinación muy azarosa, guisadas en un disco de arado y servida con ricas

tortillas de maíz.

Cabe mencionar que en la victoria de los revolucionarios estuvo siempre

marcada por los tradicionales platillos mexicanos: los moles, la barbacoa, los

tacos, las tortillas, las salsas, los frijoles, el chile, el pulque, todos ellos con el

toque frecuente de la improvisación y la escasez. A pesar de ello, las delicias

de la cocina de México no dejaron de consumirse en ningún momento y

podríamos decir que la Revolución contribuyó seguramente a retomar esta

parte de la riqueza cultural del país, basada siempre en el maíz y el chile.

La alimentación en aquellos tiempos también se basada en el rango jerárquico

social y la región cultural pues no se comía igual en el norte que en el sur, y no

comía lo mismo un General que un campesino, además la comodidad no

siempre estaba de su lado ya que había momentos en que tenían que comer

de pie y en marcha.

Posteriormente el tema de la gastronomía apareció recurrentemente en el cine

tras las décadas de 1940 y 1950, acompañado de otros estereotipos

mexicanos. Años más tarde, en 1980, el campo de la literatura también se vio

involucrado en la cocina popular en el país, ejemplo de ello es Laura Esquivel

que público la novela "Como Agua para Chocolate" (posteriormente base para

la película homónima, filmada en el año de 1992).

Actualmente muchos expertos en gastronomía mundial y numerosos

restauranteros internacionales coinciden en que la gastronomía mexicana

representa una de las más variadas y sabrosas del mundo y ello se debe

gracias a las raíces indígenas, al mestizaje gastronómico originado con la

conquista española, a la influencia cultural de otros países y especialmente a la

Revolución Mexicana que trajo consigo el conocimiento de los platillos a toda la

República; permitiendo la difusión de los guisados a todo el territorio mexicano,

todo ello hace hoy en día un panorama mágico de sabores, olores y colores a

través de su larga y variada gama de productos y platillos, formando  ahora la

gastronomía mexicana en una fusión del pasado que se fortalece con el

presente.

Conclusiones

En conclusión, podemos decir que fuera de roles y clases sociales, la

alimentación es una necesidad que debe ser cubierta para cada individuo sin

distinción. Así, y según consta en la Declaración Universal de los Derechos

Humanos, “todos los seres humanos, independientemente de su raza, color,

sexo, idioma, religión, opinión política o de otro orden, origen nacional o social,

posesiones, nacimiento u otra condición, tiene derecho a una alimentación

adecuada y al derecho a vivir libres de hambre” (ONU, 1948). El derecho a la

alimentación es un derecho incluyente. No es simplemente un derecho a una

ración mínima de calorías, proteínas y otros elementos nutritivos concretos; es

un derecho a todos los elementos nutritivos que una persona necesita para una

vida sana y activa.

México se encuentra en una situación crítica conforme a varios aspectos como

economía, nivel de educación e incluso en calidad ambiental, si el apoyo de las

autoridades o líderes gubernamentales será muy difícil revertir o cambiar para

bien ese tipo de aspectos y así mejorar la situación del país.

La historia nos permite pensar que, en materia de Legislación Alimentaria,

vamos por buen camino y pronto hallaremos en nuestra doctrina y legislación

una corriente uniforme que considere que proporcionar alimentos a una

persona determinada es un acto elemental de justicia, cuyo fundamento está

en la dignidad misma del ser humano.

Una de las necesidades básicas del ser humano, en todo momento de la

historia, ha sido la alimentación; es decir, todo individuo requiere una ingesta

diaria de ciertos productos que le aporten determinados nutrientes para

favorecer su desarrollo. Sin embargo, a pesar de la trascendencia de la

alimentación, en México no se ha visto reflejado este hecho en la sociedad de

una manera proporcional, ya que las dificultades económicas y sociales

siempre han sido un impedimento para la igualdad entre clases. Por esta razón,

de manera continua se han tratado de establecer normas y leyes que incluyan

el derecho a la alimentación.

Aunque la idea de involucrar leyes que apoyaran este derecho tuvo su auge

desde el México independiente, su origen se remonta a las costumbres y

normativas que regían a determinadas culturas. Después de la llegada de los

españoles a nuestro país hubo una mezcla de costumbres, tradiciones e

ideologías tanto de los habitantes del territorio nacional como de los invasores.

En consecuencia, las acciones sociales de la nueva república se vieron

modificadas a pesar de que muchas otras permanecieron intactas. En

cuestiones de alimentación, la diferencia de clases sociales generaba que no

todos tuvieran el mismo acceso a los alimentos, pero a pesar de esto, el

derecho a la alimentación se implementó en las nuevas leyes. Este derecho

generalmente sólo se manifestaba en función de la patria potestad, pertenencia

familiar, situación económica y en caso de divorcio, entre otros. Sin embargo,

estos aún no eran argumentos suficientes para integrar lo que hoy es el

derecho alimentario.

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