LA CASA DEL HIJO DEL AHUIZOTE
El Programa de archivo de La Casa de El Hijo del Ahuizote se propone concentrar todas las fuentes sobre el Partido Liberal Mexicano, dispersas geográficamente.
Como museo, La Casa de El Hijo del tiene exhibiciones relacionadas con los ejes temáticos de la libertad de expresión, el exilio y la imprenta.
La Casa de El Hijo del Ahuizote pertenece a la más venerable tradición del periodismo mexicano y de la defensa de la libertad de expresión.
Este semanario con caricaturas es un monumento a la perseverancia, a la necedad principista y al valor civil; defendió el ideario liberal mexicano y encabezó la lucha contra la dictadura porfirista en una etapa en que criticar al régimen o satirizar al Presidente era arriesgar la libertad y la integridad física, y mantuvo –en los hechos, junto con unas cuantas publicaciones más, como El Diario del Hogar y Regeneración – la libertad de imprenta en México en un momento en que esto parecía imposible. Por si ello fuera poco, esta revista contribuyó como ninguna otra a organizar y difundir las demandas, el ideario, el programa y el proyecto de nación de varias generaciones de mexicanos inconformes, por lo que es merecidamente considerada como una importante precursora intelectual de la Revolución mexicana
A pesar de su importancia, la revista no ha sido suficientemente estudiada y en realidad sabemos muy poco de sus orígenes, de su historia, de sus debates internos (fundamentales para la historia de la Revolución), de la vida de su director, Daniel Cabrera, y la de sus colaboradores. Una primera aproximación revela que
El primer número de El Hijo del Ahuizote, fundado, dirigido y dibujado por Daniel Cabrera, sale a luz el domingo 23 de agosto de 1885, recién consumada la primera reelección del general Porfirio Díaz, cuando está consagrada la “Ley mordaza” y la autoridad del caudillo se encuentra en su apogeo.
Durante esta época se caracterizó por su oposición al régimen de Porfirio Díaz a través de la difusión de caricaturas entre las que se encontraban colaboraciones de José Guadalupe Posada.
Las caricaturas y los textos de los interiores atacan al presidente Díaz y a su gabinete. La portada es una caricatura que representa al Hijo del Ahuizote –el personaje emblemático de la revista – parado frente a un caballete que sostiene una tela donde está bosquejado el retrato de don Porfirio; a sus espaldas, en la pared, está colgado un número de la famosa revista El Ahuizote, de 1876, donde está impreso el perfil de Sebastián Lerdo de Tejada, el presidente a quien Díaz derrocó con el Plan de Tuxtepec, reformado en Palo Blanco.
Se dice que uno de los antecedentes del periódico fue otro periódico llamado "El Ahuizote". Este último fue fundado por Díaz en protesta por la reelección de Lerdo de Tejada; pero una vez que Díaz llegó al poder, este periódico desapareció. Al pasar de los años Daniel Cabrera y Manuel Pérez Bibbins tuvieron la idea de hacer un periódico que fuera en contra de Díaz, el cual llamaron "El hijo del Ahuizote" porque dicen sus fundadores que el hijo sí salió rezongón.
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